miércoles, 22 de diciembre de 2010


Un relato de libertad contado a través de una conmovedora relación fraternal.



Antes de ver la Lengua de las mariposas no me había interesado el  conocer sobre la Guerra Civil Española, pero después de verla decidí leer algo sobre ella, con la finalidad de comprender más esta historia y tener el contexto en el que se desarrolla.  
La historia cuenta sobre el crecimiento de Moncho, un niño de 8 años que le teme a la escuela, debido a los mitos que ha escuchado sobre ella. Pronto comienza a deshacerse de sus miedos gracias a su maestro Gregorio, con el cual comienza a crear una relación fraternal, donde adquiere conocimientos sobre la naturaleza y la vida.
Más allá de lo que podría llegar a ser una cinta dramática que muestra el sufrimiento infantil dentro de una guerra, la lengua de las mariposas no trata de distraerte con dramatismo barato. El director  crea un relato conmovedor por medio de un pequeño, que ve todo completamente nuevo, y esto le da frescura a las cintas sobre  la  guerra del viejo continente, ya que las situaciones en las que se ve envuelto crean un lazo con el espectador, ya que  algunas  pueden resultar familiares— en una escena Moncho corre a decirle a su madre lo que aprendió en la escuela,  ¿alguien sintió empatía?--. La lengua de las mariposas muestra una atmósfera generalmente muy iluminada,  que evoca a la visión de un niño curioso que tiene hambre de aprender.
El ritmo de la historia puede llegar a ser un poco lenta, y sentirse un poco plana,--todo esto debido a los pocos plot points que esta contiene—pero son justamente los carismáticos personajes los que sacan a flote la película. El grandioso Fernando Fernán Gómez (Así en la tierra como en el cielo, Todo sobre mi madre) interpreta con gran maestría a un profesor enamorado de la vida  y amante del conocimiento, que junto con el pequeño Manuel Lozano crean una relación emocional  que es notoria, que se ve desvanecida por las garras de la dictadura de franco, logrando uno de los momentos más conmovedores de la película.
En el aspecto técnico destaca el buen trabajo de la dirección de arte y el vestuario, porque se ve que con el bajo presupuesto pudieron elegir estratégicamente las locaciones y sacarles gran provecho, así como el vestuario que está muy bien realizado ilustrando muy bien la época en la que se desarrolla.
La lengua de las mariposas trasciende por ser una gran adaptación de un pequeño relato de apenas unas páginas, que bien pudo ser un cortometraje, pero  que resultó ser un gran discurso a la libertad y un “hermoso matrimonio entre película y literatura”, como lo dijo Gabriel García Márquez.
El dato
Por cierto el que musicaliza la película es el  aquel entonces joven Alejandro Amenábar, realizador de Tesis, Abre los ojos y Los otros.

 Diego S.



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