domingo, 25 de agosto de 2013


El Conjuro es “lo mejor” del cine de terror entre la escasa propuesta del género.


Como les he comentado antes uno de mis géneros cinematográficos favoritos es el de terror y todo lo que se deriva de este. Hoy en día en México las cintas de horror son las más rentables, independientemente de que título sea, hasta la película más mediocre triunfa. En estos tiempos donde toda fórmula se desgasta hasta el cansancio con interminables secuelas y tramas poco originales es casi imposible que una historia de terror se buena, ante esta ola de churros se hablaba mucho de El Conjuro, cinta que ha triunfado tanto en taquilla como en crítica, me pareció lo mejor que se ha visto en el género en algunos años. 



La película está basada en la historia real de la familia Perron y sus encuentros sobrenaturales en su casa de Rhode Island. Ed y Lorraine Warren, investigadores de renombre en el mundo de los fenómenos paranormales, son llamados por una familia aterrorizada por una presencia oscura en una granja aislada. Obligados a enfrentarse a una poderosa entidad demoníaca, los Warren se encontraron atrapados en el caso más terrorífico de sus vidas. 

El que diga “lo mejor” no significa que sea una obra maestra, se infló mucho con tantas alabanzas, eso suele pasar después de no haber nada bueno durante años en el género. El Conjuro tiene muchos puntos a favor, comenzando por su excelente fotografía que te transporta a los años setenta, acompañada de una correcta banda sonora. El reparto destaca por la excelente interpretación de Vera Farmiga, quien como una vidente sufrida y madre protectora expresa su temor al toparse con un demonio como el que nunca se habían encontrado, lo acompaña un Patrick Wilson plano y una Lili Taylor en madre temerosa pero muy correcta. 

La secuencia inicial es lo mejor de la película, contar la historia de la muñeca Anabelle y como asechaba a las dos enfermeras dentro de su departamento le dio un despegue increíble a la película, la muñeca es realmente tétrica. 

Sí, reitero, técnicamente está bien hecha y hay un par de recursos --casi siempre sonoros-- que funcionan y que, incluso, pueden llegar a sorprender a alguien -y digo alguien- pero tengo que decirlo: es un tanto predecible, y no me refiero a que el argumento sea simple -que lo es-, sino a que las terroríficas herramientas que el director ha decidido utilizar son un puro y simple refrito de todo lo que se ha visto ya en los últimos años. 

La parte final se disfruta como lo más tenebroso y parte de lo rescatable de la película, todo gracias a la grandiosa dirección de James Wan, quien ya se ve más cómodo detrás de cámaras y muestra mayor fluidez en su trabajo. 

Es lo más rescatable de los que va del año dentro del género, pero no me parece la obra maestra que muchos presumen. Entretenida lo es, bien hecha está, pero me dejó un sin sabor. Seguro se van asustar, esperarán con ganas la secuela y la posible saga de los expedientes Warren. 

Diego Sahagún



domingo, 14 de julio de 2013


Titanes Del Pacífico: la reina absoluta del verano y del género kaiju.

Del Toro complace a los niños internos, sin insultar la inteligencia de los adultos en que se convirtieron.

El cine nació como una meta clara, entretener, a lo largo de los años su finalidad ha sido relativa, ya que se utiliza para documentar sucesos que aquejan a la sociedad por medio del género documental, de igual manera, el séptimo arte se ha ido abriendo hacía la ciencia ficción y la animación, contando mediante el género historias fantásticas sobre otros mundo e inclusive el futuro. Cualquiera que sea el género, la finalidad de las películas es hacer pasar un buen rato de entretenimiento cualquiera sea el género. Guillermo Del Toro es un director más que conocido en el mundo y en México, sobra decir que es el creador de cintas clave de la última década a nivel mundial y era de esperarse que el gordito con lentes trajera una de las cintas que entran perfectamente en el concepto de ENTRETENIMIENTO, Titanes Del Pacífico. 

Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los Jaegers proporcionan poca defensa ante los incansables Kaiju. A punto de la derrota, las fuerzas que defienden a la humanidad no tienen otra elección que recurrir a dos insólitos héroes: un ex piloto acabado (Charlie Hunnam) y un aprendiz que todavía no se ha puesto a prueba (Rinko Kikuchi). Ambos se unen para traer a un legendario pero al parecer obsoleto Jaeger del pasado. Juntos, son la última esperanza de la humanidad frente al Apocalipsis que se avecina. 

Luego de algunos años de rechazar películas, Del toro, se tomó su tiempo para escribir la cinta que sería la carta de amor para todas esas cintas, ánimes y cómics llenos de monstruos gigantes que nos divirtieron en la infancia –Godzilla, Tiburón, Mazinger Z y algunos ánimes más--. El contexto es sencillo y todo se explica perfectamente en el prólogo de la cinta, en el abismo del océano se abre una puerta que conecta a la tierra con otro mundo, el cual está lleno de monstruos gigantes que comienzan hacer de las suyas en el planeta. Las únicas expectativas ante una película como esta es simplemente entretenerte, lo cual Titanes del Pacífico logra gracias a sus grandiosas secuencias de batallas entre colosos –por favor paguen un poco más y vayan a disfrutarla en una sala IMAX 3D, vale la pena--, esas batallas que alguna vez vieron en series o caricaturas cobran vida como siempre debieron de ser --con permiso Transformers--, Guillermo tenía claro cómo tendría que ser una batalla entre gigantes, los Jaegers se mueven como debería moverse un androide y los Kaiju actúan como deben hacerlo. Lo que todo niño soñó alguna vez, Del toro supo como trasladarlo a la pantalla sin caer en lo Michael Bay, logrando que cualquiera que guste de la ciencia ficción se quede asombrado, el director mexicano le habla a nuestro niño interno para hacerlo resurgir durante más de dos horas. 

Pacific Rim es sin duda la película que se lleva el verano, imposible que las películas que estar por venir logren lo que hace Pacific RIm, que independientemente de su cuidado visual y su gran manufactura, Titanes… es un relato honesto realizado para los infantes que no se preocupaban por encontrarle errores a un guión, ni por buscar una excelente actuación, cada pieza del titán está muy ad hoc al género. 

Pero como amante del cine, es inevitable dejar pasar el asunto de la historia, los protagonistas Idris Elba y Rinko Kikuchi tienen una entrañable historia y lo mejor de las actuaciones dentro de la película, en especial la actriz oriental quien entrega una de las mejores escenas que hacen honor al género kaiju proveniente de su país. La música está al nivel de los titantes al igual que el sonido. 

Reitero, la dirección de arte es detallada y repleta de homenajes a los monstruos más emblemáticos del género, uno de los kaiju evoca a Tiburón, otro tiene rasgos de Godzilla y como era de esperarse, el mexicano hizo distinción a Lovecraft con un monstruo marino que recuerda a Cthulhu su criatura favorita. Las máquinas no están perfectamente brillantes, lucen desgatadas, al igual que luciría un tanque de batalla. 

Lo malo de la cinta es que en ciertas historias pretende profundizar mediante la tragedia de uno de los protagonistas, Carlie Hunnam, quien es completamente plano y su historia no termina por cuajar. También la comedia que es característica del director se siente incómoda y sosa, el profesor no termina de convencer y los chistes de Ron Perlman no funcionan del todo por el ritmo colosal de la historia. 

Del Toro complace a los niños internos, sin insultar la inteligencia de los adultos en que se convirtieron. Titanes del Pacífico es la película que todos esperábamos que hubiera sido Transformers, si no la hubiera dirigido Michael Bay, lo mismo pasa con lo que hubiera sido Godzilla si no la hubiera arruinado Roland Emmerich. Pacific Rim es colosal y fiel al estilo del director, es un madrazo de entretenimiento. Imprescindible. 

Diego Sahagún 


P.D. Hay escena post créditos.

jueves, 2 de mayo de 2013


Iron Man 3: cumple en cine, insatisfacción geek.


Las películas de Marvel se han vuelto uno de los platillos fuertes cada año y cada verano en la cartelera mundual, generalmente tienen buena pinta y era de esperarse que Iron Man en su primera trilogía –creo que seguirán más cintas del hombre de acero-- preparara algo asombroso para un nuevo comienzo. Me ha gustado a secas. Simplemente sufrí de la maldición de “altas expectativas”. 


El descarado y brillante empresario Tony Stark/Iron Man se enfrentará a un enemigo cuyo poder no conoce límites. Cuando Stark comprende que su enemigo ha destruido su universo personal, se embarca en una angustiosa búsqueda para encontrar a los responsables. Este viaje pondrá a prueba su entereza una y otra vez. Acorralado, Stark tendrá que sobrevivir por sus propios medios, confiando en su ingenio y su instinto para proteger a las personas que quiere. 

Debo reconocer que la película es sumamente entretenida, mi parte no geek salió completamente satisfecho, sin embargo, como buen fan de Iron Man, en mis tiempos de niño tuve la oportunidad de leer muchos cómics y también un poco crecidito, por lo que esperaba la gran aparición de “el mandarín”, el némesis de uno de mis héroes favoritos. Con este contexto fue que mi parte “geek” salió completamente decepcionado. 


Iron Man luce perfectamente bien, excelente historia –para los que no conocen mucho a los personajes del cómic—un grandioso reparto y buena dirección; además de grandes dosis de acción lo que dan como resultado un buen rato de entretenimiento. Ahora, el guión se vio un tanto más serio, lo cual me pareció perfecto luego de la era post Avengers, ya que tenían que moderarse con el villano para que el espectador no se preguntara el por qué de no llamar a sus amigos Los Vengadores; llevando a realizar una historia más pegada a la realidad --¿alguien dijo Osama Bin Laden?--con ciertos toques de thriller político, eliminando completamente los podres sobrenaturales que posee originalmente “el mandarín”. No le hago el feo al desarrollo de la historia, pero cuando vean la película entenderán el punto –de mi insatisfacción--, no le encuentro mucho sentido el que hubieran “utilizado” de esa forma al némesis del hombre de hierro, la cosa funcionaba igual si metían a cualquier otro personaje, en ese momento la película siento que perdió el encanto para mi lado amante del cómic y todo gracias a que sin tener poderes, como ya lo habían anunciado, durante la presentación de los vídeos terroristas del villano pintaba para ser un completo “malote”, cosa que no sucede por ningún lado. Me sentí violado. 


Dejando a un lado mi lado frustrado la cinta funciona por sólo tres actores: Robert, Gwyneth y Pearce. Downey es Iron Man y eso jamás se lo van a quitar por mucho tiempo, Paltrow por lo que aporta en esta cinta tenía que resaltar, les aviso, ella no sólo es damisela en peligro; por último, Guy Pearce entrega uno de los mejores villanos que han sido llevados a la pantalla grande del universo Marvel. 

La película tiene dos escenas clave que son especialmente emocioanes: la que se ha visto en el trailer, la destrucción de la mansión Stark y la parte final con todo el armamento de Tony. En verdad, en esos momentos se tomarán del asiento por la adrenalina. 

Aunque es la más seria de la trilogía, abunda el sentido del humor, propio del personaje de Robert Downey Jr. mientras la banda sonora de esta tercera entrega tiene mucho más nivel que la de las dos antecesoras. Bryan Tyler sabe potenciar las escenas de acción con la música. 

Tiene un comienzo flojo, sin embargo, la cinta se acomoda después del tropezón. Los amantes del Iron Man de las películas lo amarán, los del cómic…se sentirán un poco defraudados por el desperdicio de personaje --¿Por qué aceptó Sir Ben Kingsley?--, pero todo eso no demerita el buen rato que te pasas en el cine. Por cierto, da lo mismo si la ven en tercera dimensión o versión normal, el 3D no aporta mucho como pasara en películas como Avatar o The Avengers. Entretenida.


Diego S.


sábado, 13 de abril de 2013


Lazos Perversos y el excelente traslado de Corea a Hollywood.



Hollywood suele ser el camino final tanto de un actor o un director, en el caso de este último, llegar a la industria del cine que domina al mundo es para poder expandirse y mostrar tu trabajo a cada rincón del mundo. Guillermo Del Toro, Ang Lee y Michael Haneke han sido algunos de los directores que han dado su paso a Haollywood, unos de forma más discreta, otros, simplemente ya son constante en el cine mundial. Park Chan Wook es un coreano que saltó a la fama por su trilogía de “La Venganza”, pero la cinta que lo posicionó dentro de los estantes de las cintas de culto fue: Oldboy, cinta perfectamente realizada que gracias a su exquisita historia y sus inteligentes vueltas de tuerca lograron ponerlo en los ojos del mundo. Era inevitable que luego de su éxito, Park Chan Wook no quisiera tocar las mieles del éxito en la industria cinematográfica; Stoker o Lazos Perversos, es su salto a Hollywood y su primer cinta en inglés. 

Cuando India Stoker (Mia Wasikowska), una adolescente algo excéntrica, pierde a su padre (Dermot Mulroney) en un trágico accidente de coche el día en que cumple 18 años, su vida se hace añicos. El impasible comportamiento de India oculta profundos sentimientos que sólo su padre comprendía. Cuando Charlie (Matthew Goode), el hermano de su padre, aparece por sorpresa en el funeral, decide hacerse cargo de ella y de su inestable madre (Nicole Kidman). Aunque al principio desconfía de su encantador y misterioso tío, pronto se da cuenta de que tienen mucho en común. 

Muchos de los directores que se trasladan a trabajar fuera de su tierra, suelen perder su toque, ya sea por la barrera del idioma o porque no tienen todo el control creativo dentro de la historiam sin embargo, al coreano le pasa todo lo contrario. Lazos Perversos es un thriller sólido y lleno de misterio. 

Al momento de leer la sinopsis de la película, sencillamente no sabes que esperarte, el guión realizado por Wentowhort Miller –así es, el protagonista de Prision Break—mete intriga de una manera magistral, ya que los personajes están credos y delineados para hacer el misterio parte fundamental de ellos. Sabes todo lo que está pasando, pero en tu cabeza tratas de descifrar lo que podría ocurrirle a los protagonistas, quienes hacen un trabajo excepcional. Mia Wasikowska y Matthew Goode, estremecen y encantan con la mirada y sus estremecedores gestos, Goode, es el personaje que me perturbó demás, esos ojos en todo su esplendor me mantenían temeroso de lo que podría pasar con alguno de los miembros de la familia; Mia por otro lado, hizo a la perfección un personaje oscuro y solitario, de esos que alguna vez quiso hacer Tim Burton en sus películas habituales, pero sin la entrega y talento que maneja Wasikowska. 

La atmósfera creada por el director es claustrofóbicamente erótica, un ejercicio estético brillante, acompañado por un sonido insistente que acentúa la tensión de este thriller psicológico de forma gradual conforme se acerca el momento del desenlace. Una serie de guiños nos recuerdan a la antes mencionada Oldboy, esa forma de apretar el lápiz en la mano, nos hace asomar una sonrisa nerviosa, un preparatorio estudiadamente improvisado de lo que se avecina. Impecable fotografía que alterna una gran variedad de planos, encuadres y juegos de luces. Un trabajo magnífico pero que no está a la altura de los pasados trabajos de su realizador. 

Diego S.




No es que ignore a Nicole Kidman, pero su trabajo es intrascendente, no es malo pero queda opacada completamente por los otros , cabe resaltar que la Kidman cada vez más pierde gesticulación por abusar del botox.

lunes, 8 de abril de 2013


Posesión Infernal. El camino que deberían seguir los futuros remake.



Ya hubo remake de: Viernes 13, Hallowen, La Profecía, Masacre En Texas y viene en camino el remake de Carrie; a este paso era inevitable que Evil Dead tuviera uno tarde o temprano, ya que en su tiempo fue la sensación del cine serie B y el creador de la fórmula de los adolescentes acechados en un lugar solitario. Posesión Satánica logra posicionarse como un buen remake que dignifica a su mentora. 

Cinco amigos se alojan en una cabaña de Tenessee para así poder ayudar a una de los jóvenes, que se encuentra en rehabilitación por drogas. Estar sin sus drogas convierte a la chica en una persona agresiva, lo que llevará a sus amigos a no darse cuenta de que en realidad esta poseída por demonios que fueron desatados al leer el Necronomicon... 

Por allá en el inicio de la década de los ochentas, para ser preciso, en el año 81, un novato director preparaba su ópera prima, eligiendo el género de terror para su primer película. Sam Raimi se llamaba el director, luego de estrenar la cinta de bajo presupuesto y protagonizada por puro actor desconocido, Evil Dead fue un rotundo éxito y punta de lanza del cine de terror. Ya son más de tres décadas desde que salió aquella cinta y ha servido de inspiración para muchas cintas de género. Ahora, Posesión Infernal regresa de la mano de un director novato que se estrenara con un cortometraje de ciencia ficción, el uruguayo, Fede Álvarez. El director latino refresca la historia y le quita toda la esencia del cine serie B, el presupuesto se nota, al igual que el mando de las cámaras. 

El director y los guionistas –Diablo Cody y el propio Sam Raimi—trabajaron en una idea más “congruente”, para comenzar le desaparecieron el tono de comedia –aunque tiene sus momentos--, por otra parte, justificaron la historia de una forma más aterrizada; el grupo de jóvenes está en la cabaña para aislar a una de ellas por su problema con las drogas, lo que hace que realmente suena razonable el que permanezcan dentro del lugar más apartado de la civilización, al igual que, no huyan cuando comienzan a pasar sucesos sobrenaturales. 

El gore está más presente que nunca y es un punto por el cual los amantes de la sangre en el cine quedarán satisfechos, su huzo es desmedido por las múltiples mutilaciones. Lo mejor es que la cinta carece de CGI y en su lugar todo es todo es de manera “artesanal”. En momentos la atmósfera me recordó a Anticristo de Lars Von Trier, húmeda y llena de neblina, tenebrosa. 

Quizás uno de los detalles de la cinta es que al contrario de la original, esta versión carece de un personaje carismático como lo fuera Bruce Campbell, inclusive hay personajes de más, --¿Alguien recuerda un diálogo de la rubia?—que simplemente no recuerdas que existen hasta que se mutilan, sin embargo, la única que podría resaltar es la drogadicta, sus ojos son quienes le ayudan para parecer una demente –Al parecer así los tiene, pero es la más relevante--. 

Aún así, Posesión Infernal no es sólo un buen remake, que sabe lo que es, y lo aprovecha a su favor, en una película que hará las delicias de los amantes de la original, que suelen ser los primeros que se tiran de los pelos cuando sus obras se ven nuevamente versionadas. También es una de las mejores muestras de cine de género que nos ha llegado desde Estados Unidos en los últimos años, una obra realmente terrorífica, que además no escatima en usar el "torture porn" hasta límites que deja a Saw como un juego de niños, esta cinta se acerca más al cine francés que nos llegó los últimos años, lo cual usa de forma inteligente, no buscando únicamente la provocación con él, si no añadiéndolo a la historia como un elemento de verdadera estupefacción, apoyándose para intentar sustentar ese horror. Si todos los remakes que llegan tuvieran el poder que tiene Posesión Infernal, de admirar y respetar la obra original, y además salirse de los límites y marcar su camino con tal inteligencia, creo que todos estaríamos encantados de que hicieran remakes de cualquier película, esperemos que ésta empiece a marcar el camino. Muy recomendable.

Diego S.


 P.D. para los fans de la cinta original es recomendable que se queden hasta el final de los créditos, tendrán una agradable sorpresa.

viernes, 5 de abril de 2013


Seis Sesiones de Sexo. La perspectiva inexplorable de los discapacitados.



La curiosidad por el sexo en el ser humano es natural, todo comienza a cierta edad en la que las hormonas comienzan hacer lo suyo; comento esto porque, Seis Sesiones de Sexo, trata precisamente de eso, la curiosidad por el sexo en una persona discapacitada.

Mark O'Brien (John Hawkes), un poeta y periodista tetrapléjico y con un pulmón de acero que decide que, a sus 38 años, ya es hora de perder la virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de un sacerdote (William H. Macy), Mark se pone en contacto con Cheryl Cohen-Greene (Helen Hunt), una profesional del sexo.

Se aplaude que un guión que podría haber sido completamente predecible termine por resultar todo lo contrario, Ben Lewin, quien dirige y escribe, realiza un trabajo excepcional al evitar tópicos que suelen relacionarse a este tipo de historias de superación –olvídense de la dificultad de encajar en la sociedad y esas cosas típicas de este tipo de historias--, el director sabe de lo que quiere hablar: la necesidad y la exploración del sexo en una persona completamente inmóvil. El partir de un tema prácticamente “virgen” hacen de la película un momento agradable.

De este modo La curiosidad por el sexo en el ser humano es natural, todo comienza a cierta edad en la que las hormonas comienzan hacer lo suyo; comento esto porque, Seis Sesiones de Sexo, trata precisamente de eso, la curiosidad por el sexo en una persona discapacitada.

Mark O'Brien (John Hawkes), un poeta y periodista tetrapléjico y con un pulmón de acero que decide que, a sus 38 años, ya es hora de perder la virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de un sacerdote (William H. Macy), Mark se pone en contacto con Cheryl Cohen-Greene (Helen Hunt), una profesional del sexo.

Se aplaude que un guión que podría haber sido completamente predecible termine por resultar todo lo contrario, Ben Lewin, quien dirige y escribe, realiza un trabajo excepcional al evitar tópicos que suelen relacionarse a este tipo de historias de superación –olvídense de la dificultad de encajar en la sociedad y esas cosas típicas de este tipo de historias--, el director sabe de lo que quiere hablar: la necesidad y la exploración del sexo en una persona completamente inmóvil. El partir de un tema prácticamente “virgen” hacen de la película un momento agradable.

De este modo entendemos que lo que se nos pretende mostrar es el sexo como aspecto tan delicado como importante, reflejo de gran parte de nuestros miedos y traumas personales. Por supuesto que O'Brian desea tener sexo, pero más allá del puro deseo carnal –muy presente -- lo que este busca en realidad es conocerse a sí mismo, descubrir su personalidad y aceptar su humanidad. Así lo entendemos en las bellas escenas en las que él y Hunt exploran mediante el tacto su cuerpo inmóvil, momento en que O'Brian descubre un abanico de sensaciones nuevas para él, es decir, un conjunto de emociones que no se sabía capaz de sentir. 

Cabe resaltar que las partes de sexo resultan sumamente tiernas y cero explícitas, en gran parte, a las espléndidas actuaciones de la dupla protagonista; Hawkes entrega una interpretación hecha para premios y Hunt, su mejor actuación en años y que la pone de vuelta en el mapa.

Otro aspecto que trata Seis Sesiones…es la religión, que realmente no se toca como se pensaría al unirla con el sexo, si no qué, juega una función de desahogo y una vía de escape.

No es esta una obra maestra, desde luego, pero si es una digna y remarcable película que nos hace salir de la sala con una sonrisa en la cara sin trucos ni sensiblería. No hay que entenderla como una reflexión sobre la discapacidad, sino como un planteamiento sobre la vida y el papel que nuestra sexualidad tiene en ella, estrechamente vinculada a nuestra paz y serenidad emocional. Recomendable.

Diego S.


lunes, 1 de abril de 2013


Nosotros Los Nobles. Nosotros los entretenidos.




En pocas ocasiones una película mexicana con etiqueta de blockbuster me llama la atención, no es que sea malinchista, ya que suelen ser copias mal hechas de alguna película horrible de Hollywood. Nosotros Los Nobles es una cinta que tiene una premisa sencilla y sólo busca entretener, no es lo mejor del cine mexicano, pero, el alma son los personajes centrales. 

Cuando Germán Noble (Gonzalo Vega) - un manipulador y poderoso empresario - se da cuenta que los haraganes de sus hijos -- Javi (Luis Gerardo Méndez), Bárbara (Karla Souza) y Charlie (Juan Pablo Gil) -- están tirando sus vidas por la borda, decide fingir la quiebra de su empresa para darles una lección, haciéndoles creer que todas sus propiedades fueron embargadas: los deja sin coches, celulares y tarjetas de crédito, los lleva a vivir a un vecindario pobre, los hace cambiarse de apellido y cortar contacto con todos sus amigos para salir adelante haciendo algo que ninguno de ellos había hecho antes... trabajar. 

Nosotros Los Nobles no busca encontrar la nueva comedia del cine mexicano, su trama es sencilla y no pretende más de lo que promociona. Si bien no está perfectamente hecha, la película tiene un gran acierto, los actores “juniors”. Ellos son los que hicieron que la película me atrajera para palomear un rato, creí que me terminaría aburriendo, pero resultó todo lo contrario. Karla Souza y Luis Gerardo Méndez están muy simpáticos en el papel de “la fresa” y “el mirrey”, ninguno de los dos busca profundizar o tratar de ir más allá de los clichés, sencillamente, se dejan llevar por los personajes y se nota como lo disfrutan. 

Cada uno de los “niños bien” tienen bien delineados sus diálogos, ya que, se nota que el director y actores conocen a las tribus urbanas en las que se basan, los comentarios resultan familiares para todos los que hemos tenido amigos cliché –“Me puedes decir porque se están llevando las cosas como si estuviéramos en Venezuela” uno de los comentarios que me hicieron morir de risa. 

Tiene su detalles, la fotografía me pareció en momentos estilo videohome, además, la dirección de arte en general pareció de telenovela –inclusive he visto novelas con mejor vestuario--. 

Independientemente de sus detallitos, Nosotros Los Nobles se disfruta para palomear un momento, me eché unas buenas carcajadas y me terminaron por simpatizar los “niños bien”. Lo mejor es que por fin vi a uno de los “mirreyes” sufriendo trabajando como la "prole"  ¿Alguna vez lo habían pensado o deseado? Yo sí.

Diego S.