lunes, 14 de marzo de 2011


Arrástrame al infierno el esplendor del cine serie B

Cinta completa perfectamente, sin estridencias ni lagunas de guión y ofrece un entretenimiento espléndido, además de aportar uno de los mejores títulos para películas de terror.

Señores: Raimi ha vuelto. Así de rotundo, así de sencillo. Algunos puristas puede que me linchen, pero yo me atrevo a decir que es lo mejor de él en años. Arrástrame al infierno es una dignísima vuelta al cine de terror de serie B mas añorado por los fans del género, y sobre todo de su director, porque conserva el inconfundible sello del mismo, y es patente en muchas escenas de la cinta. 

Christine Brown (Alison Lohman), ambiciosa apoderada de un banco de Los Ángeles, sale con un hombre encantador, el profesor Clay Dalton (Justin Long). El trabajo de Christine consiste en conceder préstamos hipotecarios. Un día la señora Ganush, una misteriosa anciana (Lorna Raver), va al banco para pedirle una moratoria, pero Christine se la niega, y la señora Ganush pierde su casa. La anciana decide entonces vengarse lanzándole una maldición que convierte su vida en un infierno. Ante la incomprensión de su escéptico novio, Christine busca la ayuda de un vidente (Dileep Rao) para salvar su alma de una condenación eterna. Intentando ayudarla a recobrar una vida normal, el vidente la guía en una frenética carrera para conjurar el hechizo. Pero las fuerzas del mal se acercan y Christine debe enfrentarse a algo impensable. 

La trama no es algo que no hayamos visto, pero pronto comprobaremos que el humor y el terror se van de la mano como siempre cuando este director se pone detrás de la cámara. Alison Lohman está bastante correcta, Justin Long está donde debe estar, y ya está: los sustos, el gore y las risas hacen el resto. 

Arrástrame al infierno te hará dar uno que otro salto, de la misma manera en que te sacará una risa, y de seguro quedarás sorprendido con el el fabuloso final –no exagero al decir fabuloso--
Raimi retorna con el género que lo vio nacer, rescatar el género de ésta manera tan elegante sólo se puede aplaudir. Dos horas de metraje que no se sienten, gracias a la atrapante historia y la correcta musicalización de Christopher Young. 

El único pero que le veo a la película es el triste cameo de Bruce Campbell, que si se le hubiera dado una participación más extensa, los amantes del cine de serie B se lo hubieran agradecido. 

La cinta mantiene el nivel en todo momento y además lo hace con buen pulso. No decae ni hay altibajos. Se completa perfectamente, sin estridencias ni lagunas de guión y ofrece un entretenimiento espléndido, además de aportar uno de los mejores títulos para películas de terror.

Diego S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario