lunes, 28 de febrero de 2011


La princesa y el sapo, fórmula clásica, pero sin innovar

El regreso de Disney tibiamente recibido.

Después de varias películas que no han conseguido la aceptación del público, entre las que se encuentran algunas excelentes Lilo y stitch, otras interesantes como, Las locuras del emperador y otras horrorosas como Dinosaurio, con toda la gama de intermedios. Disney vuelve a lo que mejor sabe hacer, en teoría, con dos directores que firmaron varios "clásicos" de los noventa. En todo caso Musker y Clements demostraron su talento con La sirenita, Hércules y Aladdin. Ahora vuelven con una película que no resulta tan memorable como las cuatro primeras pero afortunadamente es mucho menos aburrida que la última.
La primera parte de la película es muy...clásica, pero algo trillada. Tras la sorpresa del beso -desvelada en los trailers-tenemos una película de los típicos animales graciosos,  bastante simpática pero con escasas sorpresas. Lo mejor en esta parte son las canciones y los números musicales. Aunque Randy Newman no componga canciones tan pegajosas como Alan Menken los ritmos blues, jazz y soul de la película tienen su gracia y afortunadamente no han sido muy arruinados por los que doblan las canciones en español.

Después del mejor momento de la cinta, la aparición de cierto personaje y su número musical "Hay que saber llegar al fondo" (¡por fin, una forma divertida de presentar la moraleja!), viene un clímax que contiene tanto elementos predecibles como alguna sorpresa. Pese a todo, le falta un poco de fuerza.

El personaje principal es Tiana,  una muchacha , responsable, trabajadora...se hace algo repelente, pero entiendo que estaban presionados por el hecho de presentar una princesa negra y debían ser políticamente correctos. El príncipe Naveen es más divertido por ser un mujeriego, el malo tiene algunos aspectos interesantes pero le falta desarrollo. Los otros secundarios son en ocasiones muy buenos aunque algunos como el cocodrilo trompetista están demasiado encasillados en su rol. Se limita a hacer gracioso y no consigue ser un personaje memorable como el genio de Aladdin, y eso que en sus primeras escenas presenta potencial de ser como Baloo en El libro de la selva.

Es la mejor con esta fórmula en años, pero en la era de Pixar, el propio Lasseter debería darse cuenta de que la fórmula está algo añeja. Algunos pensamos que se puede mantener el espíritu cambiando la fórmula, como hicieron en Lilo y stitch, pero no seré muy duro, en este momento se comprende el recurso a la nostalgia debido al escaso éxito de sus más recientes producciones. Los que preferimos la animación 2D a las 3D agradecemos el esfuerzo, pero pedimos un poco más de variedad en sus películas a partir de ahora.


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