miércoles, 9 de febrero de 2011


Balada Triste de Trompeta: arriesgada, ingeniosa, atractiva, trasgresora y propositiva

Una obra de arte que se debería de valorar como un gran ensayo histórico del pueblo español.

Me ha costado mucho digerir Balada triste de trompeta. Considero que es demasiada información concentrada en lo que a mí respecta llega ser la cinta, una gran metáfora sobre la dictadura de franco en su último periodo. Difícil de ir más allá de la que puede resultar, una simple farsa dentro de una farsa si no se está documentado sobre el suceso que marcó la historia española –para escribir esto tuve que leer un poco más para reforzar lo que ya sabía--, todo quedará en una comedia de payasos feos. 

Balada triste de trompeta” arranca en 1937, con los monos de un circo aullando dentro de su jaula mientras en el exterior otro circo, el de la Guerra Civil, sigue su curso. El payaso triste, reclutado a la fuerza por los milicianos, perpetra una carnicería en el bando nacional sin abandonar su disfraz. Así arranca esta historia en la que Javier “el payaso triste” y Sergio “el payaso tonto”, dos terroríficos y desfigurados payasos, se enfrentan a muerte por el ambiguo amor de una bailarina… 

La cosa está así –y como yo lo comprendí--, cada uno del trío de protagonistas representa una bando de los que participaron dentro de la Guerra Civil Española. El payaso tonto o feliz, plasma la derecha de la época, el machismo, el autoritarismo ante los demás, la prepotencia y sobre todo la lucha para tener el control de todo un pueblo –este carismático personaje golpea a la mujer de la discordia que es la bailarina, y todos en el circo lo obedecen, de ahí viene mi interpretación--. Del lado contrario está su némesis, el payaso triste, este plasma el bando de la izquierda, el cual lucha por tener poder y finalmente acaba actuando igual que el otro bando para ganar lo que los dos andan buscando. El bando de la izquierda que parecía más tolerante, pierde todos sus principios y acaba dañando, al igual que la derecha a todo aquel que menos lo merece –digamos que el payaso sumiso, cero violento termina siendo lo contrario como se pintó. Si ambos bandos buscaban dominar el país porque lo amaban, tan sólo fueron capaces de dañarlo al máximo. Y por último está, la bailarina y la mujer que aman, podemos decir que se trate del pueblo español que quiere ser dominado tanto por la derecha como por la izquierda, y que finalmente ante tal lucha teme a ambos bandos. Este personaje nos puede parecer la femme fatale del cine negro, pero si pensamos que es el pueblo español en persona, nos daremos cuenta que en realidad sólo busca el vivir una vida mejor, dando igual quien esté a su lado –en la cinta es una puta y convenenciera, buscando sólo su bienestar--. 

El reparto es acertado en cuanto a los dos payasos, ambos, realizan un trabajo bueno sin llegar a lucirse, considero que en la vida real los actores que les dan vida son un tanto semejantes en cuanto a la personalidad de los personajes ficticios, si no es así, ambos logran interpretaciones notables. El único pero de la cinta es la bailarina, quien realiza un papel sobre actuado, llegando a cansar con sus mismos gestos –ojos abiertos, sensual y su voz-- para cada plano en el que aparece, llegando a fastidiar y dándome la sensación de que sólo fue elegida por su belleza. 

La estética de Balda Triste de Trompeta es impecable, todo me recuerda a un cartel oscuro de circo impregnado de violencia, comedia y colores vivos con pinceladas de sangre y lujuria. Imágenes muy cuidadas y hermosas –vaya la escena de la tela roja que se desenreda sobre una enorme cruz está asombrosa--. Agrego también el excelente maquillaje, en particular, el de los dos payasos, ambos desbancan a “eso” en cuanto a la técnica y miedo. La música que destaca al evocar a las cintas de cine mudo realizadas por Chaplin. 

La cinta dirigida por Alex de la Iglesia, contiene buenas puntadas cómicas –vaya es una cinta en un circo y le va a causar risa a cualquiera—armadas con comentarios ácidos repletos de situaciones guarras y sexuales –la mujer que se disputan los dos hombres está teniendo sexo con uno de ellos, mientras el tonto confunde la relación sexual con una madriza--. 

Es una cinta que como en un principio catalogué difícil –en especial para nuestro país ya que no todo mundo conoce sobre el evento histórico de España— ya que si no se tiene un contexto claro, puede que no se disfrute como debe ser. 

El final de la película es lo que mejor representa los hechos de la guerra civil española, la derecha rió, la izquierda lloró y quien realmente salió perjudicado fue el pueblo español –¿Les recuerda al país? 

Balada triste de trompeta es arriesgada, ingeniosa, atractiva, trasgresora y propositiva, que entre toda la ola de películas españolas plagadas de cintas de género y de directores consagrados, De la Iglesia realizó, una obra de arte que se debería de valorar como un gran ensayo histórico del pueblo español.
Diego S.

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