jueves, 17 de febrero de 2011


Amigos con derecho una copia relajada de 500 días con ella.


Digamos que después de ser la gran triunfadora en la temporada de premios, Natalie Portman, hace lo suyo para mostrar que es una actriz variable. Amigos con derecho,  es su entrada correcta al mundo de las comedias románticas de fórmula.

Natalie Portman y Ashton Kutcher son dos amigos que están de acuerdo en iniciar una aventura casual, pensando que pueden hacerlo sin ningún tipo de carga emocional. Pero entonces el amor se interpone en el camino y deben decidir si realmente pueden hacer que su recién definida amistad funcione.
Olvidemos que el protagonista masculino es Ashton Kutcher, quien es el Jennifer Aniston masculino al mostrarse estancado en un mismo papel, el típico romántico empedernido con grandes abdominales –un momento subió de peso y tiene estrías en el trasero--, salvo que en esta ocasión no le inyectó su añeja técnica del tipo gracioso.
No se debe de juzgar a Portman por elegir un proyecto de empaque romántico después del maravilloso papel de, El cisne negro, la joven actriz entrega un papel acertado como una mujer moderna que ya no  está en busca del amor y se dedica a ser una “hombrezuela”, terminando como una perra sin sentimientos.
Amigos con derecho, no evita que recuerde la refrescante cinta de Marc Webb, 500 días con ella (500 days of summer/2009), ya que la cinta resulta ser una copia pensada en el público de Mr. Kutcher, pero sin mantener el aire de empatía que resaltaba de la cinta de Webb.
Pasable sólo por ver a la hermosa Sra. Portman  en un título meramente comercial después de su participación en  saga de La guerra de las galaxias, sin embargo, será un hit para los pubertos que viven en la época “relajada” donde las mujeres son las sexuales que rechazan el amor, y los hombres son los románticos que buscan a su media naranja. El público que disfrutó Amor y otras adicciones (Love and other drugs, Fierbeng/2010) amará amigos con derecho, la cinta es generacional para los que emplean el facebook y el término “fuckbuddy”.
Diego S.

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