A grandes rasgos entretiene y es una cinta que busca la lágrima fácil.
El cine mexicano ha estado evolucionando en crece en base a técnicas y la apertura a temas tabús para la sociedad mexicana. Si bien los principales tópicos tocados en la cinematografía nacional son temas ya quemados, poco a poco, se han estado abriendo al tema de la homosexualidad, que si bien no son el contexto central de la cinta o si son enteramente gays, no gozan de una gran corrida nacional, e inclusive no ven la luz en las salas de cine. El mérito de todas esas cintas mexicanas que abordan el tema de la diversidad sexual es ir amoldando el camino. La otra familia de Gustavo Loza, es el primer blockbuster con “temática gay” y eso es de aplaudirse en nuestro país.
Al ser abandonado durante 3 días por su madre adicta al crack, Hendrix un pequeño de 7 años es rescatado por una amiga y encargado a una pareja homosexual. Su madre es forzada a entrar en rehabilitación, mientras su amante un traficante de drogas, ve en él un redituable negocio si lo vende a un matrimonio que acaba de perder a su bebé. La madre huye de la clínica para recuperarlo a como dé lugar, por su parte las autoridades tratan de ingresarlo a un horfanato para protegerlo. Al parecer todo mundo puede opinar sobre el futuro del niño, pero ¿Qué es lo que realmente conviene a Hendrix? ¿Quién puede decidir cuál es el hogar perfecto?

Por otro lado las historias paralelas al tema principal, resultan un tanto incompletas. La inseminación artificial, las drogas y el matrimonio sin hijos, son temas que no cierran por completo. ¿Qué no han escucha el dicho, “el que mucho abarca poco aprieta?
Uno de los principales conflictos que tuve con La otra familia, fue la elección del reparto. El hijo de Gustavo Loza, quien da vida al niño a Hendrix, resulta ser una decepción, su actuación es plana y hasta cierto punto chocante , en todo momento que habla el niño parece tonto y carece de ternura y simpatía. El reparto en general es malo, salvo Luis Roberto Guzmán quien acertó con su personaje de un homosexual con carácter, mientras Nailea Norvid es la que sorprende como una adicta al crack, apoyada en una gesticulación digna de pertenecer al mundo junkie de Trainspotting.
A grandes rasgos entretiene y es una cinta que busca la lágrima fácil. Digna de ser un especial del desaparecido programa de la señora Pinal.
Diego S.
Hey! tu que estas mas relacionado con el tema del cine, esta película me parece una especie de Re-Make de una película española que salió hace como 4 años, la española si es oficialmente una cinta con temática gay, y es prácticamente la misma historia, una mujer adicta que le deja "encargado" al hijo a su "hermano" y en conclusión la onda es como lo mismo que esta.
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