domingo, 29 de enero de 2012


La Invención de Hugo Cabret: El Homenaje a las razones que nos hicieron amar al cine.



Me parece curioso que en este año se hayan realizado dos cintas sobre los orígenes del séptimo arte, mientras El Artista rinde homenaje a la primera etapa del cine, otorgando una cinta silente. La Invención de Hugo Cabret, realiza un cumplido para uno de los pioneros del séptimo arte –Decir el nombre es dar spoiler-- y una declaración de amor para los amantes del cine. 

París, años 30. Hugo (Asa Butterfield) es un niño huérfano que vive escondido en una estación y se ocupa de arreglar relojes. Se verá envuelto en una misteriosa aventura cuando intente reparar un robot estropeado. Un día conoce a una chica (Chloë Moretz) que tiene la llave que podría resolver el misterio del robot. 

Cinema Paradiso narró cómo fue que una persona se enamoró del cine, cinta que para mi resulta muy personal e íntima. Hugo Cabret me ha provocado lo mismo que movió en mí la cinta de Gissiupe Tornatore, pero con un enfoque distinto y más universal. De principio creí que vería una historia fantástica como cualquiera, sin embargo, cuando comenzó a desarrollarse, mi perspectiva cambio radicalmente. La esencia de la película es una resurrección del mito y la grandeza del cine, que también se desenvuelve como un cuento sobre una metáfora de esos jóvenes que se adentran en un misterio que abre secretas cerraduras –entiéndase sueños--, con forma de corazón. 

Los diálogos evocan la finalidad para lo que se creó el cine, soñar e ir más allá de nuestra realidad. "Mi padre me llevaba mucho al cine. Me habló de la primera película que él había visto: entró en una habitación muy oscura, y en una pantalla blanca, vio a un cohete volar y estrellarse con el ojo de la luna. Dijo que fue como soñar en la mitad del día. El cine era nuestro lugar especial, hasta en los peores momentos". Estos diálogos sencillamente me transportaron al primer momento en que entré a una sala de cine y la sensación/ilusión que tengo hasta la fecha de poder trabajar realizando cine. 

Martin Scorsese logra una fábula en toda la extensión de la palabra, que si bien el contexto va más allá que una simple historia para niños, la estética te hace recordar a cintas fantásticas como Amélie o cualquiera que pareciera sacado de la imaginación de un niño –pero ¿qué no la imaginación es el motor para los que viven haciendo cine?--. 

Todo está absolutamente impecable, pero lo que realmente vale la pena es su reparto. El elenco infantil se ha desempeñado perfectamente, Asa Butterfield encarna de una manera adorable al niño empeñado en sacar adelante su único sueño, mientras su cómplice, Chloë Moretz, resalta por ser una culta y simpática niña amante de la literatura. Por parte de Sir. Ben Kingsley no hay queja alguna, magnífico como siempre. 

Bajo el disfraz de un cuento para niños, Scorsese hace de Hugo un homenaje a las razones que nos hicieron amar la gran pantalla y entregarnos a un truco de magia que nos vuelve guerreros, astronautas y sirenas. Pasó a ser una de mis favoritas.

Diego S.


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