martes, 24 de enero de 2012


Nunca Me Abandones: Plantea sobre el sentido que tiene la vida y la inevitable muerte.

Cuento sobre la levedad del tiempo, la amistad, el amor, la soledad, la moral, la búsqueda de la identidad propia 

Ahora que se dieron a conocer los nominados a los premios Oscar, varias cintas que tenía como favoritas para que optaran por un premio quedaron fuera; Tenemos Que Hablar de Kevin y Shame, no figuran en la lista de los nominados. De igual manera, pero el año pasado, Nunca Me Abandones fue ninguneada en todo tipo de premiaciones…ahora que por fin pude verla siento que fue una injusticia. ¡Te odio tío Oscar! 

Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se aproximan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos. 

No todo es como lo pintan, Nunca Me… es algo que jamás te esperas. Todo comienza como si lo que se está viendo es una película de amor clásica, pero no, la historia contiene elementos como la ciencia ficción que la alejan de un romance típico. Nada es esperanzador, luego de la media hora del largometraje, todo va en picada y se respira tristeza, nostalgia y donde todo es emocional. 

Nunca Me Abandones nos plantea sobre el sentido que tiene la vida y la inevitable muerte. Todo en esta vida tiene un ciclo, largo o corto, pero tiene un final. El filme de Mark Romanek nos ostenta un retrato portentoso-depresivo sobre el amor, la amistad, envidia, tristeza y los cuestionamientos sobre la función que tenemos en la vida. “Ustedes vinieron aquí sólo para vivir la vida”, diálogo clave que al final toma forma por la represión amorosa que sufren los protagonistas. 

Es admirable la destreza y la elegancia con la que Romanek desarrolla una historia cruda y sutil, excelente discurso narrativo y manejo actoral. Sus metáforas que acentúan la historia son memorables –los elefantes dentro del salón de clases recuerdan la frase de “todos lo saben, pero no lo hablan”--. 

Afortunadamente, los actores escogidos para encarnar a dichos personajes tanto en la edad infantil como en la adulta han sido perfectas decisiones de casting.Carey Mulligan brinda un actuación digna de Oscar demostrando una adorable tristeza que se realza con los papeles secundarios de Keira Knightley y Andrew Garfield, quienes de igual manera brindan personaje entrañables. 

Su impecable manufactura técnica y el score, son aditivos que logran guiar al espectador de la manera correcta por el camino concebido del guionista y director. 

Al final la cienca ficción que se plantea no se ve por medio de máquinas del futuro y grandes efectos especiales, Romanek nos emociona con el lirismo, la melancolía y el desazón que evoca este cuento sobre la levedad del tiempo, la amistad, el amor, la soledad, la moral, la búsqueda de la identidad propia y, por último, el sacrificio por un bien común en el que no hay cabida para el individualismo. Lamentablemente, el ser humano siempre ha sido y siempre será egoísta por naturaleza. Imprescindible.

Diego S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario