viernes, 20 de enero de 2012


La Chica Del Dragón Tatuado reitera el amor de Fincher por el Thriller.

Su realizador se consagra en el género de asesinos seriales/misterio, además de reiterar por que es de los mejores directores contemporáneos.

David Fincher nació para realizar thrillers llenos de misterio e intriga, si desde Seven se le veía talento para realizar historias redondas y entretenidas, con La Chica Del Dragón Tatuado regresa a sus raíces y reafirma porque es el director y maestro del misterio en la actualidad. 

Esperando poder distanciarse de la acusación de difamación que pesa sobre él, el periodista Mikael Blomkvist se traslada a una isla remota en el norte de Suecia, donde la muerte aún no resuelta de una joven atormenta a su tío cuarenta años después. Alojado en una cabaña de la isla donde el asesino puede estar aún rondando, la investigación de Blomkvist le lleva a dibujar los secretos y mentiras de esta poderosa y rica familia junto a una rara aliada, la tatuada y hacker punki, Lisbeth Salander... 

Muchos escucharon, leyeron y vieron la obra en que la reciente cinta de Fincher se basa, Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres, y se convirtió en un fenómeno literario y cinematográfico, que a la fecha cuenta ya con dos secuelas realizadas en Suecia y millones libros vendidos. Se preguntarán ¿Porqué hacer un remake de una obra tan fresca? Fincher se atrevió…y la recargó. 

Millennium siempre ha sido material para el grandioso director, su versión sobre la novela de Stieg Larsson, engrandece y se alza por sus propias virtudes, no necesita comparaciones, cada adaptación tiene sus méritos. Dejaré aún lado la versión nórdica. 

Sabemos que el material base es amplio, pero Fincher se toma su tiempo para explorar y definir el ambiente de cada uno de los personajes, todo para ofrecernos una cinta redonda y armar el complejo rompecabezas de Larsson. La dirección de David es elegante --cada plano y movimiento de cámara muestran la maestría del director— y transpira por completo el estilo por el que se ha caracterizado –pensamos asesinos y nos evoca a Fincher— repleto de atmósferas atrapantes y tramas un poco retorcidas. 

El reto de la nueva versión sería encontrar a una Lisbeth que pudiera superar a Noomi Rapace o alejarla de ella. Rooney Mara no la supera, pero logra crear y meterse en su propia Lisbeth. La actuación de la hasta entonces desconocida Mara –con este papel empieza a despuntar—es soberbia y arriesgada; si bien Rapace entrega una mujer ruda en Salander, Rooney logra dotarla de fragilidad, dureza y ternura, transmitiendo con miradas una mezcla extraña de tristeza, agresividad y venganza. La joven actriz sale airosa al meterse en la psique de una joven perturbada, compleja y extrema; un papel que no cualquiera se hubiera atrevido a realizar, por las escenas fuertes y desnudos continuos. 

Daniel Craig, fantástico, y quizás más que de costumbre al interpretar un personaje más vulnerable y menos decidido de lo clásico. El resto del reparto es excepcional, Christopher Plummer siempre magnífico y Stellen Skarsgard entrega con miradas y gestos un poco de misterio a la trama. 

Atticus Ross y Trent Reznor vuelven a hacer mancuerna con Fincher, al igual que en Red Social, ambos músicos crean un score atrevido que se une perfectamente con las atmósferas y la trama. La fotografía en sepias, grises y colores fríos resume el estilo característico del director. 

Aplaudí la decisión de modificar el final, Fincher se percató de poder “cerrar” la historia en caso de no poder realizar la trilogía –cuando la vean verán a lo que me refiero- sin dejar ni un cabo suelto. Raros son los casos en los que una película consigue ponerse a la altura de un libro. Sólo unos pocos son capaces de conseguirlo, y David Fincher lo ha conseguido. Ha creado 160 minutos del más sórdido thriller para dejarnos con ganas de más. La Chica Del Dragón Tatuado es un thriller imperdible que reitera mi gusto por el trabajo del realizador.

Diego S.



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