martes, 1 de noviembre de 2011


La Piel Que Habito: La Incompatibilidad de estilos es el problema.

Intento de film noir cómico y una visión fresa de la novela


Hablar de cine español es hablar de Almodóvar. Cada cinta nueva que se anuncia por parte del manchego este da que hablar. Generalmente son opiniones encontradas, pero jamás será indiferente una de sus películas. Después del tropezón que dio con Los Abrazos Rotos, los cinéfilos estaban esperando el que sería su próximo proyecto, para fortuna de los amantes del suspenso el libro del francés Thierry Joquet titulado Tarántula por fin cobraría vida en manos de Pedro Almodóvar, para los que leímos la novela fue una forma de cuestionarnos. La Piel Que Habito es la cinta más arriesgada del director, sin embargo, para mí fue sólo una exploración de géneros cinematográficos y un cumplimiento mediano para la obra en que se basa. 

Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este hallazgo revolucionario es preciso carecer de escrúpulos, y Ledgard no los tiene. Pero, además, necesita una cobaya humana y un cómplice. Marilia, la mujer que lo cuidó desde niño, es de una fidelidad perruna: nunca le fallará. El problema será encontrar la cobaya humana. 

Sin dudarlo es su trabajo más estético que ha presentado, además del más osado, pero al parecer no le hizo justicia a Tarántula, por lo menos no a la esencia de la novela. La Piel Que Habito es un intento de film noir cómico y una visión fresa de la novela. 

Las atmósferas que pinta el autor –del libro--son perturbadoras y hasta terroríficas, las de Almodóvar no tienen ni suspenso ni algo que favorezca a las escenas –siento que en los pocos momentos donde estaba por lograr situaciones de suspenso la comedia terminaba por romperlos--, lo veo más como una incompatibilidad de estilos y el incumplimiento a las exigencias que pide la historia. 

En cuanto al reparto, Antonio Banderas se siente muy cohibido gestualmente, al tratar de aparentar un médico loco y calculador, pero todo se queda en el mero intento de parodia. Marisa Paredes intrascendente pero graciosa, Elena Anaya es la única que destaca por su atinada expresividad y su innegable belleza que requería el personaje; el resto del reparto nada sobresaliente. 

La fotografía –el aspecto técnico más destacado de la cinta-- goza de gran belleza, por un lado muestra tonos fríos y limpios dentro de la casa del doctor, mientras que fuera de ellos oscuros y desaturados. Alberto Iglesias quien también experimenta en la música –a mi parecer su trabajo más diferente--, sale bien librado con un score que captura lo oscuro y dramático de la novela, pero que aún así mantiene la fidelidad a su característico trabajo –al parecer Iglesias sí entendió bien lo que es Tarántula--. 

La Piel Que Habito se queda en un intento de film noir- thriller que se le va de las manos a un Almodóvar incapaz de controlar una película de género. Tarántula era material que en manos de un Cronenberg hubiera resultado exquisito. En partes resulta interesante, pero en conjunto decepcionante. 

P.D. Ni el vestuario de Jean Paul Gaultier me pareció destacado.

Diego S.

1 comentario:

  1. Hay que tener siempre en cuenta que la literatura y el cine son dos maneras muy distintas de expresión, y que no hay que ver a una como punto de partida de la otra. A mi me gusto bastante la película y si, a manos de Cronenberg hubiese quedado increíble!!

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