sábado, 1 de octubre de 2011


Destino Final 5. Un reivindicado cierre.

Entretenida. Aprovecha el 3D para disfrutar mejor las muertes de los protagonistas.



Las expectativas ante una película son inevitables, ya sea por la inmensa publicidad que se le da o por la fama de los que participan en la historia; al final algunas las cumplen y otras se quedan en una simple promesa. La saga de Destino Final nunca ha prometido nada que no se vea en sus avances, sangre, violencia, cuerpos y muertes creativas. En su quinta entrega no decepciona al seguir en la misma línea. 

Sam Lawton (Nicholas D'Agosto) tiene una premonición sobre la destrucción de un puente colgante que causaría su muerte y la de otras personas. La visión se hace realidad, pero Sam se las arregla para salvarse a sí mismo y a algunos otros de la catastrófica tragedia. Sin embargo, Sam y su novia Molly (Emma Bell) descubren que no están realmente a salvo: la muerte los persigue a ellos y a los que sobrevivieron al horrible accidente... 

Todos sabemos lo que vamos a ver en esta quinta entrega: Cuerpos destrozados y creatividad a la hora de matarlos. Bueno, en Destino Final 5 3D, sacaron partido del uso de la tercera dimensión al ser toda una atracción el estar en la sala de cine. No se le puede pedir más, si sabemos cuál será la estructura de la historia. 

La secuencia en esta ocasión es sobre un puente, la cual está muy bien desarrollada y bien manufacturada en cada situación, además de que aprovecha muy bien el uso del 3D –cosa que se agrade sin sentirse timado--. Las muertes de cada uno de los sobrevivientes no se limitan a la espectacularidad con la que ya nos acostumbraron en las anteriores, incluso, cada una de las muertes derrocha una gran inventiva, además esta tan bien llevada, que el espectador, no solo la puede seguir a la perfección sin perderse nada, sino que por primera vez es capaz de recordar a la perfección el orden de cada una de las muertes. También, desde el principio Destino Final 5 destila sentido del humor y las carcajadas suceden al ritmo de las muertes, y esto no es más que una seña de la cinta no se toma enserio –algo así a la saga Scream--. 

Disfruten en 3D, ríanse con las muertes creativas y vayan al cine como si fueran a la feria a divertirse, claro, en esta ocasión repleta de desmembramientos y vísceras. Divertida.

Diego S.


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