sábado, 13 de abril de 2013


Lazos Perversos y el excelente traslado de Corea a Hollywood.



Hollywood suele ser el camino final tanto de un actor o un director, en el caso de este último, llegar a la industria del cine que domina al mundo es para poder expandirse y mostrar tu trabajo a cada rincón del mundo. Guillermo Del Toro, Ang Lee y Michael Haneke han sido algunos de los directores que han dado su paso a Haollywood, unos de forma más discreta, otros, simplemente ya son constante en el cine mundial. Park Chan Wook es un coreano que saltó a la fama por su trilogía de “La Venganza”, pero la cinta que lo posicionó dentro de los estantes de las cintas de culto fue: Oldboy, cinta perfectamente realizada que gracias a su exquisita historia y sus inteligentes vueltas de tuerca lograron ponerlo en los ojos del mundo. Era inevitable que luego de su éxito, Park Chan Wook no quisiera tocar las mieles del éxito en la industria cinematográfica; Stoker o Lazos Perversos, es su salto a Hollywood y su primer cinta en inglés. 

Cuando India Stoker (Mia Wasikowska), una adolescente algo excéntrica, pierde a su padre (Dermot Mulroney) en un trágico accidente de coche el día en que cumple 18 años, su vida se hace añicos. El impasible comportamiento de India oculta profundos sentimientos que sólo su padre comprendía. Cuando Charlie (Matthew Goode), el hermano de su padre, aparece por sorpresa en el funeral, decide hacerse cargo de ella y de su inestable madre (Nicole Kidman). Aunque al principio desconfía de su encantador y misterioso tío, pronto se da cuenta de que tienen mucho en común. 

Muchos de los directores que se trasladan a trabajar fuera de su tierra, suelen perder su toque, ya sea por la barrera del idioma o porque no tienen todo el control creativo dentro de la historiam sin embargo, al coreano le pasa todo lo contrario. Lazos Perversos es un thriller sólido y lleno de misterio. 

Al momento de leer la sinopsis de la película, sencillamente no sabes que esperarte, el guión realizado por Wentowhort Miller –así es, el protagonista de Prision Break—mete intriga de una manera magistral, ya que los personajes están credos y delineados para hacer el misterio parte fundamental de ellos. Sabes todo lo que está pasando, pero en tu cabeza tratas de descifrar lo que podría ocurrirle a los protagonistas, quienes hacen un trabajo excepcional. Mia Wasikowska y Matthew Goode, estremecen y encantan con la mirada y sus estremecedores gestos, Goode, es el personaje que me perturbó demás, esos ojos en todo su esplendor me mantenían temeroso de lo que podría pasar con alguno de los miembros de la familia; Mia por otro lado, hizo a la perfección un personaje oscuro y solitario, de esos que alguna vez quiso hacer Tim Burton en sus películas habituales, pero sin la entrega y talento que maneja Wasikowska. 

La atmósfera creada por el director es claustrofóbicamente erótica, un ejercicio estético brillante, acompañado por un sonido insistente que acentúa la tensión de este thriller psicológico de forma gradual conforme se acerca el momento del desenlace. Una serie de guiños nos recuerdan a la antes mencionada Oldboy, esa forma de apretar el lápiz en la mano, nos hace asomar una sonrisa nerviosa, un preparatorio estudiadamente improvisado de lo que se avecina. Impecable fotografía que alterna una gran variedad de planos, encuadres y juegos de luces. Un trabajo magnífico pero que no está a la altura de los pasados trabajos de su realizador. 

Diego S.




No es que ignore a Nicole Kidman, pero su trabajo es intrascendente, no es malo pero queda opacada completamente por los otros , cabe resaltar que la Kidman cada vez más pierde gesticulación por abusar del botox.

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