domingo, 15 de julio de 2012


Terror en Chernóbil desaprovecha la decadencia de la ciudad.


Hay acontecimientos históricos que resultan inspiración para infinidad de filmes, la guerra de Vietnam, el Holocausto y claro, el 11 de Septiembre. El accidente nuclear de Chernóbil se ha visto en muy pocas ocasiones en el cine, quizás ha tenido mayo cabida en el cine documental. Soy apasionado del suceso histórico, me fascina leer sobre lo sucedido y buscar información sobre ello. Sus paisajes desoladores y sumamente lúgubres me evocaban y me inspiraban para que algún día se filmara una cinta de terror en esos set naturales –vaya son mejor que un set real--. Terror en Chernóbil, ansiaba verla. 

Un grupo de amigos que están pasando las vacaciones en Europa van a a parar a Prypiat, una ciudad abandonada, donde se refugiaron después del accidente los trabajadores de la central nuclear de Chernóbil; pero pronto se darán cuenta de que no están solos. 

Desde que vi el avance y se leía “Oren Peli creador de Actividad Paranormal”, sabía que no sería una obra maestra, sin embargo, siempre queda la esperanza de que le sacaran provecho a tremendo set. Sueño guajiro quizás, pero a decir verdad son fanático del cine de terror, puedo ver y ver películas malas. 

Chernobyl Diaries como se le conoce en inglés, es predecible en toda la extensión de la palabra, cada susto, silencio, sombra están más que vistos. Su error es emplear a pie de letra la fórmula de los sustos que ya se han visto –si ya lo viste una vez la impresión ya no es la misma, y es regla básica en el cine de género--, no juegan con nada de lo que tienen en contexto. Son los reiterativos sustos del mundo animal y artimañas sonoras para tratar de asustarnos. 

Terror en Chernóbil es de las películas que emplean la base "real" para meterse en la experiencia directa y semidocumental del terror –recordemos La Bruja De Blair--, pero la cinta nunca deja en claro el punto de vista en el que se está presentando –hay una escena donde se están grabando al comienzo, luego pareciera que dejan de grabar, pero sigue el movimiento de cámara en mano--. 

Lo mejor de la película son las imágenes de la ciudad abandonada de Prypiat, que aunque son las mismas postales que se han visto infinidad de veces –los carritos chocones sin funcionar, la rueda de la fortuna y las muñecas rotas--, provocan cierta sensación de miedo. 

Tengo entendido que un productor que estuvo en Cloverfield se vio involucrado en este proyecto, el final de la película se ve muy relacionado con ciertas situaciones de la cinta de J.J. Abrams –cuando la vean lo entenderán--. 

Una cinta palomera para los que gustan de los mismos sustos de siempre, un “terror” para los amantes del cine de género. Tenían el plato servido y lo desaprovecharon.

PD. Jamás llegas a ver a los mutantes.

Diego S.


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