sábado, 25 de febrero de 2012


El Artista: Los orígenes del cine como innovación.

Que El Artista emule el cine del Hollywood de los 20 no es un fin en sí mismo para llamar la atención, sino un medio para contar una historia de una manera diferente.


¡Por fin se han escuchado mis plegarias! Llevaba años pidiendo que alguien hiciera una película muda. Me parece muy bien que exista el cine sonoro, pero no a costa de la desaparición del mudo. El color no ha acabado con el blanco y negro. El 3D no está eliminando con el 2D --y espero que no se extienda mucho más, que salvo en casos muy especiales no me gusta--. ¿Por qué tuvo que acabar el cine sonoro con el mudo? Michel Hazanavicius, director galo del que ni había oído hablar, ha ido más allá, haciendo un largometraje mudo en pleno siglo XXI. Y me hubiera conformado con una película normal, pero, por suerte, me he encontrado con mucho más. ¡Qué película! ¡Qué maravilla! 

Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero, con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. 

Que El Artista emule el cine del Hollywood de los 20 no es un fin en sí mismo para llamar la atención, sino un medio para contar una historia de una manera diferente a la que se emplea ahora. Diferente ha la que se ha estado empleando durante más de 80 años. Y le sienta como anillo al dedo. Si fuera sonora, aun contando lo mismo, no creo que hubiera sido ni la mitad de buena. 

TODO en The Artist está a un nivel altísimo. No solo la ambientación de lujo que, junto a la manera de hacerla, hace que nos sintamos transportados a otra época. El guión y la dirección también son magníficos. Pero, por encima de todo, quiero destacar el trabajo de los actores. Los secundarios están geniales. Ya quisieran casi todas las películas que sus protagonistas estuvieran tan inspirados como los secundarios aquí. Y, sin embargo, no les llegan ni a la suela de los zapatos a los dos protagonistas: Jean Dujardin y Bérénice Bejo. Lo que hacen estos dos debería pasar a los anales de la historia del celuloide. Y lo mismo digo de Uggie, el perro, que no se queda atrás, regalándonos una actuación verdaderamente memorable.

Parecerá una exageración, pero creo que The Artist ha sido la experiencia más impactante que he vivido en una sala de cine –tenía tiempo sin ver una película muda en cine--. Ni El Señor de los Anillos, ni Avatar en 3D, ni nada parecido. El Artista. He sentido la magia que quizá sentían en los comienzos del séptimo arte y que hace tiempo se perdió –muy gracioso ver todo tipo de personas, desde un simple espectadora hasta el conocedor de cine conviviendo en una sala y pasándola por igual--. Aunque, bien pensado... quizá experimentaron eso mismo los que vieron las primeras películas sonoras.

Si algo se le puede criticar, y que conste que teniendo en cuenta el resultado no seré yo quien lo haga, es que quizá podrían haber hecho una película muda de una forma distinta a como las hacían antaño. Si bien es cierto que hay un par de escenas en las que innovan, y una de ellas es de las mejores de toda la película, se podría haber cambiado algo más sin renunciar a la esencia del cine mudo. Aunque solo fuera rodarla en formato panorámico en vez de en 4:3. Imprescindible y mi favorita al Oscar. 

P.D. Amo a Jean Dujardin.

Diego S.


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