sábado, 10 de septiembre de 2011


Noche de Miedo. Suspenso entretenido, sexy vampiro.



Suele pasar que te paras frente a las marquesinas del cine y decides meterte a ver la película más próxima porque traes el tiempo encima. Bueno, partiendo con esa situación me metí a ver Noche de Miedo. La verdad no esperaba nada más que divertirme. 

Durante su último año en el instituto, Charlie Brewster (Anton Yelchin) parece que por fin ha alcanzado todos sus objetivos: es uno de los estudiantes más valorados y sale con la chica más deseada del centro. Su popularidad es tal que ha comenzado a dejar de lado a su mejor amigo. Sin embargo, cuando Jerry (Colin Farrell) se convierte en su vecino, aunque, al principio, le parece un tipo genial, con el paso del tiempo empieza a percibir en él algo extraño. Desgraciadamente nadie, ni siquiera la madre de Charlie (Toni Collette), se da cuenta de nada. Después de observar que en la casa de Jerry pasan cosas extrañas, Charlie llega a la conclusión de que su vecino es un vampiro que se sirve del vecindario para cazar a sus presas. Ante la incredulidad de los demás, el protagonista deberá ingeniárselas para deshacerse del monstruo por sí solo en esta moderna versión del clásico de la comedia y el terror dirigida por Craig Gillespie. 

Mi objetivo de sólo entretenerme se cumplió. Seré sincero, desconozco la versión original en la que se basa y no podría dar un comentario objetivo al decir si le es fiel a la original. De manera independiente, me resultó una cinta muy entretenida, con un reparto correcto y con buenas dosis de suspenso –de manera clásica--. 

Tiene algunas fallas con las que inicia, por ejemplo: En la mayoría de las cintas relacionadas con vampiros, las historias se centran en contar un poco del pasado del chupasangre, aquí, no se divaga nada sobre su vida, sólo se limita a lamer y chupar sangre de sus vecinos. Aún así, lo mejor de la película es el vampiro encarnado por Colin Farrell, quien le impregna a su personaje lo característico de los personajes nocturnos, misterio y sensualidad. 

Aparte del suspenso –que me recuerda a la venta indiscreta y en general a Alfred Hitchcock—Noche de Miedo tiene sus buenos momentos de comedia. Por ejemplo, en las referencias homosexuales del amigo "nerd" (Christopher Mintz-Plasse, el de "Kick-Ass") o la escena de las balas de plata y todo lo que sigue a ésta. 

En general , Gillespie mantiene un buen ritmo en la historia, es ágil y sin demasiados excesos. Aunque los efectos especiales de CGI y el inútil 3D, restan calidad a la muy buena fotografía de Javier Agirresarobe. Resulta curioso que la música se algo parecida a la de Drácula de Coppola –aclaro, sólo en momentos--. 

Una buena opción para los amantes de los Vampiros y quienes buscan entretenerse. PD: Veánla en 2D, como dije el 3D no aporta nada.

Diego S.

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