lunes, 8 de agosto de 2011


Medianoche en París: El mejor trabajo de Allen fuera de Nueva York

 Woody Allen Volvió por la puerta grande.


Reconozco previamente que me es muy difícil ser objetivo con cada cinta de un director al que admiro. Cuando esto ocurre se tiende a ser menos exigente, a dejarse llevar por todos esos guiños de una extensa obra que uno idolatra. Woody Allen es uno de mis directores predilectos, sin restar objetividad, me atrevo a decir que: Medianoche en París es su mejor cinta hasta ahora fuera de Nueva York. 

Allen es un intelectual en todo sentido de la palabra, sabemos que es un devorador de libros, pintura y cine, además de todas las manifestaciones de arte. Woody, realiza una oda al artista y su búsqueda de inspiración, a sus bases e influencias para la creación de un producto final. Puedo sonar un poco insolente, pero creo que Medianoche…es la cinta hermana de 8 ½ del grandioso Fellini --considero que tiene mucha influencia de este último--. 

Medianoche en París es toda una declaración de amor a la ciudad de París y a sus calles llenas de historia. Un auténtico regocijo para nostálgicos, que disfrutarán, durante poco más de hora y media, con las continuas idas y venidas de su protagonista y los distintos encuentros con muchos grandes del arte en general. 

Owen Wilson pareciera ser el mismo Allen proyectado en el joven actor –los gestos, la mirada perdida que hiciera famoso a Woody en varias de sus cintas—entregando su mejor actuación en la historia de su carrera –huele a nominación de globo de oro, chance y Oscar—. Katy Bates, Rachel McAdams, Adrien Brody, Carla Bruni –de seguro sólo la incluyó para tener facilidades en la grabación—Michael Sheen y Marion Cotillard. Un muy acertado reparto, en especial esta última quién luce exquisita y prometedora. 

La nostalgia es parte fundamental de la historia. En definitiva, no es más que la vía de escape de nuestras insignificantes vidas, una forma de redimir, si es que se puede, nuestra frustración, nuestro desencanto con la realidad con la que no parecemos encajar del todo y que nos lleva a idealizar y añorar el pasado. 

¿Que cualquier tiempo pasado fue mejor?... A lo largo del filme se pone de manifiesto que la insatisfacción con el presente es algo común de toda persona con un mínimo de sensibilidad o inquietud artística; una situación que se ha venido repitiendo en todas las épocas –yo siempre he deseado vivir en los sesentas--. 

Personajes como Scott Fitzgerald, Hemingway, Picasso, Dalí y Buñuel, entre muchos otros, nos acompañan en este maravilloso cuento de hadas en el que, al contrario de lo que sucedía en "La Cenicienta", al caer la medianoche cuando empieza la magia... Banda sonora, ambientación, historia... Todo exquisito. Woody Allen Volvió por la puerta grande.

Diego S.

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