jueves, 2 de mayo de 2013


Iron Man 3: cumple en cine, insatisfacción geek.


Las películas de Marvel se han vuelto uno de los platillos fuertes cada año y cada verano en la cartelera mundual, generalmente tienen buena pinta y era de esperarse que Iron Man en su primera trilogía –creo que seguirán más cintas del hombre de acero-- preparara algo asombroso para un nuevo comienzo. Me ha gustado a secas. Simplemente sufrí de la maldición de “altas expectativas”. 


El descarado y brillante empresario Tony Stark/Iron Man se enfrentará a un enemigo cuyo poder no conoce límites. Cuando Stark comprende que su enemigo ha destruido su universo personal, se embarca en una angustiosa búsqueda para encontrar a los responsables. Este viaje pondrá a prueba su entereza una y otra vez. Acorralado, Stark tendrá que sobrevivir por sus propios medios, confiando en su ingenio y su instinto para proteger a las personas que quiere. 

Debo reconocer que la película es sumamente entretenida, mi parte no geek salió completamente satisfecho, sin embargo, como buen fan de Iron Man, en mis tiempos de niño tuve la oportunidad de leer muchos cómics y también un poco crecidito, por lo que esperaba la gran aparición de “el mandarín”, el némesis de uno de mis héroes favoritos. Con este contexto fue que mi parte “geek” salió completamente decepcionado. 


Iron Man luce perfectamente bien, excelente historia –para los que no conocen mucho a los personajes del cómic—un grandioso reparto y buena dirección; además de grandes dosis de acción lo que dan como resultado un buen rato de entretenimiento. Ahora, el guión se vio un tanto más serio, lo cual me pareció perfecto luego de la era post Avengers, ya que tenían que moderarse con el villano para que el espectador no se preguntara el por qué de no llamar a sus amigos Los Vengadores; llevando a realizar una historia más pegada a la realidad --¿alguien dijo Osama Bin Laden?--con ciertos toques de thriller político, eliminando completamente los podres sobrenaturales que posee originalmente “el mandarín”. No le hago el feo al desarrollo de la historia, pero cuando vean la película entenderán el punto –de mi insatisfacción--, no le encuentro mucho sentido el que hubieran “utilizado” de esa forma al némesis del hombre de hierro, la cosa funcionaba igual si metían a cualquier otro personaje, en ese momento la película siento que perdió el encanto para mi lado amante del cómic y todo gracias a que sin tener poderes, como ya lo habían anunciado, durante la presentación de los vídeos terroristas del villano pintaba para ser un completo “malote”, cosa que no sucede por ningún lado. Me sentí violado. 


Dejando a un lado mi lado frustrado la cinta funciona por sólo tres actores: Robert, Gwyneth y Pearce. Downey es Iron Man y eso jamás se lo van a quitar por mucho tiempo, Paltrow por lo que aporta en esta cinta tenía que resaltar, les aviso, ella no sólo es damisela en peligro; por último, Guy Pearce entrega uno de los mejores villanos que han sido llevados a la pantalla grande del universo Marvel. 

La película tiene dos escenas clave que son especialmente emocioanes: la que se ha visto en el trailer, la destrucción de la mansión Stark y la parte final con todo el armamento de Tony. En verdad, en esos momentos se tomarán del asiento por la adrenalina. 

Aunque es la más seria de la trilogía, abunda el sentido del humor, propio del personaje de Robert Downey Jr. mientras la banda sonora de esta tercera entrega tiene mucho más nivel que la de las dos antecesoras. Bryan Tyler sabe potenciar las escenas de acción con la música. 

Tiene un comienzo flojo, sin embargo, la cinta se acomoda después del tropezón. Los amantes del Iron Man de las películas lo amarán, los del cómic…se sentirán un poco defraudados por el desperdicio de personaje --¿Por qué aceptó Sir Ben Kingsley?--, pero todo eso no demerita el buen rato que te pasas en el cine. Por cierto, da lo mismo si la ven en tercera dimensión o versión normal, el 3D no aporta mucho como pasara en películas como Avatar o The Avengers. Entretenida.


Diego S.