sábado, 17 de noviembre de 2012


The Master: un reparto de Oscar, una historia ambigua.

Una historia que deambula y deja al espectador sin una trama definida.

Considerado por muchos uno de los grandes talentos en el cine contemporáneo, Paul Thomas Anderson, regresa después de su descanso de 5 años, luego del éxito de There Will Be Blood (Petróleo Sangriento) era obvio que su próximo trabajo traería muchas expectativas. The Master ha sido un regreso acertado, más no superior a su anterior trabajo. 

Drama sobre la Iglesia de la Cienciología. Lancaster Dodd (Seymour Hoffman), un intelectual brillante y de fuertes convicciones, crea una organización religiosa que empieza a hacerse popular en Estados Unidos hacia 1952. Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un joven vagabundo, se convertirá en la mano derecha de este líder religioso. Sin embargo, cuando la secta triunfa y consigue atraer a numerosos y fervientes seguidores, a Freddie le surgirán dudas. 

Para ser sincero admiro el trabajo del director, desde su poderoso retrato setentero sobre la alineación del poder en Boogie Nights, hasta Magnolia, ese tejido de historias sobre el perdón y la redención, sin embargo, The Master me dejó insatisfecho, me quedé con una sensación de que le faltaba algo. 

La cinta posee un excelente reparto, el problema no está ahí, la película tiene un enorme agujero argumental que mientras más avanza la historia se va perdiendo. ¿A qué me refiero con esto? The Master plantea muchas preguntas, pero no da respuesta a todo lo se exhibe, además de no tener un contexto claro. Vamos, llega un punto donde no sabes si The Master se trata sobre el visionado de la religión por un loco, o el retrato de las relaciones del poder; además, se podría agregar otro tópico que podría abordar la exploración de la mente de un obre obsesionado con el sexo. Pueden ser todos los temas, pero la trama tiene demasiadas ambigüedades ; es una obra que tiene una falta de orden y rigidez narrativa, que sólo se mantiene al –reitero—talento de actores, y aquí es donde posee su verdadero valor. El actor fetiche del director, Philip Seymour Hoffman, quien considero es un inmenso histrión y uno de los mejores actores de la actualidad, por otra parte Joaquin Phoenix da la mejor interpretación de su carrera, un personaje con un instinto animal adicto al sexo que mantiene una postura erquiga, Phoenix no sólo borda un personaje, se mete en él. 

No voy a demeritar los demás valores que tiene, ya que Paul T. Anderson sabe elegir a cada uno de los encargados de los aspectos técnicos en cada uno de sus trabajos –recordemos la banda sonora de Aime Mann para Magnolia por mencionar alguno—y en The Master no fue la excepción, Jhonny Greenwood --integrante de Radiohead-- vuelve tomar las riendas de la música y no lo hace mal, el problema es que la música le quedó grande al argumento de la historia y resalta más la música que las acciones en sí –no metas música que no va a la par con las situaciones, en ocasiones pretendía meter tensión en donde no lo había--. La hermosa fotografía es otro punto a resaltar, Mihai Malaimare Jr. Impregna a la película con un aire de nostalgia de los 50’s que están muy de moda, dándole una atmósfera complaciente y más que creíble. 

The Master no es mala, Paul T. Anderson crea un película fallida donde la ambigüedad para muchos críticos ha sido un cierto, pero para su servidor ha sido una historia que deambula y deja al espectador sin una trama definida.

Diego S.

domingo, 11 de noviembre de 2012


Argo un thriller adrenalínico con olor a Oscar.

Personalmente, Argo es una de las cintas que me han puesto más ansioso que nunca, llegando al punto de morderme las uñas.


Warren Beatty ha sido de los pocos actores que sea han metido en más de un aspecto dentro de la producción de una película, el buen Beatty llegó a ser guionista, productor, actor y hasta director en una de sus películas, obteniendo por el Oscar a Mejor Director en 1981 por Reds. Ahora --y no es que compare al buen WB-- uno de los actores recientes que se ha unido a los "actores mil usos” es Ben Affleck, aquel actor que fue considerado en algún momento “peor actor” en los premios Razzie, se ha hecho de un estatus gracias a sus 3 películas. Argo, será la película que lo reafirme como una gran promesa como director y que de seguir así, podrá ser ganador de un Oscar a Mejor Director. 

Argo nos lleva a 1979, a la conflictiva situación creada por el secuestro por parte de un grupo de iraníes de la embajada de los Estados Unidos en Teherán. Canadá y EEUU se verán forzados a unir fuerzas para conseguir infiltrarse en el país y rescatar a un grupo de diplomáticos atrapados tras el sitio. Ningún plan parece tener las suficientes probabilidades de éxito, y el “menos malo” que encuentran es introducirse alegando ser el equipo de rodaje de una película de ciencia ficción y camuflar a los diplomáticos como parte de los técnicos… 

Ben Affleck reafirma su eficiencia como director, tras la acertada Gone, Baby, Gone y el éxito de The Town adaptando un hecho histórico real con Argo, su tercera película.

La credibilidad de lo que se narra viene tanto por un despliegue técnico (maquillaje, vestuario, diseño de producción, fotografía, bso, etc.) de alto nivel que nos ubica en la época de los hechos de una manera excelente, así como por una recreación de las vivencias de los afectados mediante las interpretaciones de su equipo protagonista estupenda, donde brillan actores en papeles secundarios como Alan Arkin y John Goodman, amén de un trabajo de casting, que sumado a la caracterización regala un sorprendente parecido entre las personas reales y los personajes creados en Argo.

Pero nada de lo enumerado podría ser efectivo traducido al cinematográfico lenguaje sin un guión que atrapa al espectador, que nos hace viajar por la historia mostrando el retrato político y humano sin cargar el ritmo de la acción y una dirección de gran calidad que termina por trazar que el mejor Ben Affleck es aquel que se ubica detrás de las cámaras. 

Por alguna extraña razón lo más insípido de la película, es la historia independiente del papel de Affleck, nada de otro mundo si tomamos en cuenta que en su anterior cinta sucedió lo mismo; sin embargo, el actor se desenvuelve bien. 

Argo es un filme adrenalítico, y no lo es, por su montaje visual o sonoro, sino por la tensión y el ritmo que nacen de una situación límite bien exprimida. La historia que al final todos sabemos en qué termina, resulta ser un vieja donde la conclusión no es el premio, si no qué, el desarrollo es lo disfrutable. Personalmente, Argo es una de las cintas que me han puesto más ansioso que nunca, llegando al punto de morderme las uñas.

Como diría el dicho “La realidad supera a la ficción”, y en este caso, la historia y la magia del cine se funden de una hábil manera creando un thriller de primera categoría. Recomendable para todos aquellos amantes de las películas “basadas en hechos reales” pero bien adaptadas, del thriller, y, en general, del buen cine. Interesante.

Diego S.

domingo, 4 de noviembre de 2012


Cita de Sangre tiene la fórmula perfecta para los amantes del gore.


Me he topado con un sinfín de películas gore que su único fin es destazar al por mayor a los personajes que aparecen en la cinta, Hostal ha sido de las historias que más he disfrutado por su carga de gore y su atractiva historia. Existen filmes que además de tener un exceso de sangre, entregan buenas historias justificando la gran carga de tortura humana; una de ellas es Mártires. Cita de Sangre película australiana del 2009 que se alzó con distintos premios en los festivales donde se presentaba, se disfruta como una buena propuesta de gore y una historia entretenida. 

Brent, un joven de diecisiete años, rechaza una invitación de Lola, una de las chicas más apacibles de su instituto. Lo que no puede ni siquiera imaginar es que Lola y su padre lo secuestrarán y tendrá que luchar desesperadamente para sobrevivir a la macabra celebración que han preparado para él. 

Cita de Sangre es una mezcla de Carrie, y Misery con brochazos de "torture porn", de la que como mucho se puede esperar algo pasable, pero si se deciden a verla comprobaran que estamos ante una interesante y vacilona función que aunque no nos cuente nada nuevo, divierte, incomoda y entretiene con la acertada mezcla de ingredientes que logra un tal Sean Byrne --opera prima, dirección y guión--, hay humor negro y macabro, sobresaltos, y truculencias en las singularidades y para proceder a la parte psicópata y el grandioso final. 

El reparto está perfecto. Los protagonistas menos simpáticos lo bordan, sobre todo papi, que me recuerda al malvado cirujano de The Human Centipede. El protagonista se comporta tal y como esperamos tras su presentación, es coherente. La madre, que sin hablar transmite. Su novia, cumpliendo y regalando a los fans más jóvenes un par de minutos de erotismo que otros directores no consiguen, o no se atreven a mostrar. El amigo drogadicto y la gótica que sin aportar nada su historia realizan bien sus papeles. El personaje repulsivo de Lola el cual aplica todo lo perverso a la cinta, se define perfectamente durante el metraje: caprichosa, amorosa, egocéntrica, celosa, hedonista del dolor ajeno y consentida por un padre que no queda atrás, además de añadir la relación platónica-incestuosa que mantiene con su padre, peculiaridades que logran una psicópata disfrutable. 

Así, todos y cada uno de ellos, piezas que encajan a la perfección, más allá de que a la historia debamos criticarle uno o dos momentos --nada para lo que es este género-- de dudosa credibilidad, el resultado es muy satisfactorio y no te deja esa sensación de estafa que sientes al ver el 85% de las películas de su tipo. 

The Loved Ones, tiene la dosis perfecta de cada uno de los elementos de una cinta de gore, un gran psicópata, un buen protagonista, chichis y la duración perfecta. Disfrutable. 

Diego S.